Hambre real o emocional...? |
Distinguirlos, te ayudará |
¿Comemos cuando nos aburrimos o cuando estamos tristes o desmotivados...? o es un hambre real...?
Saber diferenciar el hambre real del emocional es clave para poder regular nuestro apetito y no ganar peso a lo largo de los años..
Hay varias razones por las que podemos comer sin hambre y saber reconocerlas, nos ayudará a controlar nuestro peso.
El siguiente esquema, nos ayudará a diferenciar entre el hambre física y el hambre que solo está en nuestra cabeza
Consejos para regular el apetito
Agua, agua, agua.
Beber antes de las comidas y sobre todo algo caliente (como una infusión), nos hidrata y nos ayuda a no abusar de la comida en la mesa.
5 comidas al día.
Lo que nos interesa es no tener hambre real entre comida y comida. Para eso debemos mantener estables los niveles de azúcar en sangre, sin altibajos. Y eso se consigue proporcionando alimento al cuerpo cada 3-4 horas, lo que viene a ser 3 comidas principales y 2 tentempiés.
Comer en las horas previstas también regula los deseos de comer y evita picar compulsivamente.
Comer despacio.
Masticar bien la comida, disfrutando de cada bocado es primordial. Nuestro cerebro tarda 20 minutos aproximadamente, en recibir la señal de haber tomado alimentos. Esto significa que al comer despacio, nos sentiremos saciados con menos comida. Y eso es muy importante para controlar la ingesta de calorías.
Consumir alimentos que aumenten los niveles de serotonina en sangre.
La serotonina (tambien llamada hormona de la felicidad) es un neurotransmisor que influye directamente sobre el estado de ánimo.
Si su nivel en sangre es alto, proporciona sensación de bienestar, disminuyendo así el deseo de picar y el hambre emocional.
Cabe destacar entre estos alimentos, los frutos secos (pistachos, anacardos, nueces...)
el pescado azul (caballa, boquerón, sardina...), la yema del huevo, legumbres como la soja y frutas como el plátano y la piña.
Aliarse con las especias
Añadir especias a nuestras comidas, es una forma muy sana de aplacar las ganas de comer en exceso, activar el metabolismo, eliminar toxinas, mejorar la circulación y reducir la ingesta de sal.
La pimienta, la mostaza, el ajo, el jengibre, la canela, el comino, el hinojo.....son un ejemplo de aliados que regulan nuestro apetito. EL HINOJO por ejemplo, aporta grandes beneficios para la digestión y posee la capacidad de disminuir la sensación de hambre entre comidas.
Descansar y respetar los horarios
Dormir pocas horas o interrumpir el sueño, aumenta la producción de la hormona del hambre (la grelina). Cuando no se duerme bien ni lo suficiente, es cuando se ingieren mas alimentos y sobre todo, mas calóricos. A la larga esto se traduce en un aumento de peso gradual.
Ser mas listos que el hambre, utilizando un plato mas pequeño
Esta comprobado que si utilizamos platos grandes, tenemos tendencia a servirnos mas alimentos que si usamos platos pequeños
Para determinar el momento en el que el estómago se siente lleno, nuestro cerebro también recibe impulsos de los nervios ópticos, e interpreta que ha comido más si el plato esta vacío.
Poner la cantidad justa.
Comemos con los ojos, y ante un surtido variado y atractivo es casi imposible resistirse a no comer mas. Por ello es mejor servir cada comida en platos individuales y no en fuentes grandes en el centro de la mesa.
Cepillarse los dientes y utilizar enjuague bucal
A parte de por la higiene, el cepillado dental puede ayudar a evitar el picoteo (sobre todo de dulce). La mayoría de la gente no tiene ganas de comer después de cepillarse la boca, porque hace que muchos alimentos tengan mal sabor.
Distraerse y hacer ejercicio
Ante la ansiedad, los nervios, el aburrimiento......no abras la caja de bombones o la nevera, sino la puerta de la casa y sal a caminar o a correr o cualquier otro ejercicio que te distraiga.
Aliarse con las especias
Añadir especias a nuestras comidas, es una forma muy sana de aplacar las ganas de comer en exceso, activar el metabolismo, eliminar toxinas, mejorar la circulación y reducir la ingesta de sal.
La pimienta, la mostaza, el ajo, el jengibre, la canela, el comino, el hinojo.....son un ejemplo de aliados que regulan nuestro apetito. EL HINOJO por ejemplo, aporta grandes beneficios para la digestión y posee la capacidad de disminuir la sensación de hambre entre comidas.
Descansar y respetar los horarios
Dormir pocas horas o interrumpir el sueño, aumenta la producción de la hormona del hambre (la grelina). Cuando no se duerme bien ni lo suficiente, es cuando se ingieren mas alimentos y sobre todo, mas calóricos. A la larga esto se traduce en un aumento de peso gradual.
Ser mas listos que el hambre, utilizando un plato mas pequeño
Esta comprobado que si utilizamos platos grandes, tenemos tendencia a servirnos mas alimentos que si usamos platos pequeños
Para determinar el momento en el que el estómago se siente lleno, nuestro cerebro también recibe impulsos de los nervios ópticos, e interpreta que ha comido más si el plato esta vacío.
Poner la cantidad justa.
Comemos con los ojos, y ante un surtido variado y atractivo es casi imposible resistirse a no comer mas. Por ello es mejor servir cada comida en platos individuales y no en fuentes grandes en el centro de la mesa.
Cepillarse los dientes y utilizar enjuague bucal
A parte de por la higiene, el cepillado dental puede ayudar a evitar el picoteo (sobre todo de dulce). La mayoría de la gente no tiene ganas de comer después de cepillarse la boca, porque hace que muchos alimentos tengan mal sabor.
Distraerse y hacer ejercicio
Ante la ansiedad, los nervios, el aburrimiento......no abras la caja de bombones o la nevera, sino la puerta de la casa y sal a caminar o a correr o cualquier otro ejercicio que te distraiga.